Willi era una hormiga muy trabajadora, muy dispuesta a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, muy atenta y servicial, lo que menos le gustaba era que sufrieran los demás.
Cada mañana salía a recolectar comida, pues el invierno estaba muy cerca, arriba de un árbol se encontró a su amigo el ruiseñor, quien estaba muy triste. Willi le preguntó: ¿por qué estas triste? él contesto: -es que mis papas me dijeron que cuando nací tenia las alas chuecas y tengo miedo a volar, porque me puedo caer.
willi se quedo pensando y después de un rato le dijo: – ya sé cuál es tu problema, es que no tienes confianza en ti mismo, pero si quieres puedo ayudarte con eso. Al ruiseñor le parecía muy arriesgado al inicio, después de pensarlo, se dio cuenta que era una buena idea, porque si aprendía a volar las demás aves ya no se iban a burlar de él y no le dirían más el apodo que tanto odiaba “el ruiseñor bajo tierra”. El ave contenta le dijo a la hormiga: -claro que sí, quiero que me ayudes, pero, ¿cómo lo vas a hacer si tú no puedes volar?, la hormiga frunció el seño y le dijo: -que te dije acerca de tener fe en ti mismo, y además si yo quisiera aprendería a volar. Al oír esto el ruiseñor se echo a reír, willi le contestó: –bueno, vas a reírte todo el día o vas a aprender a volar. El ruiseñor sin perder el tiempo se puso en pie, dispuesto a aprender todo lo que le enseñara willi.
Al día siguiente, willi puso al ruiseñor a aletear para que sus alas se empezaran a fortalecer, pero en efecto, no tenían nada de fuerza, por que el ruiseñor nunca había intentado volar. Varias semanas después ya tenía las alas más fuertes que nunca, pero faltaba lo más difícil: despegarse del suelo. En ese momento el ruiseñor recordó todo lo que sus papas la habían dicho y ya no quería intentarlo, willi al darse cuenta de eso le dijo: -¿Por qué tienes miedo? el ruiseñor le explicó que era porque, y además no lo quería intentar solo.
A willi se le ocurrió una idea loca pero que podría funcionar, me subiré en tu lomo y así no estarás solo, el ruiseñor estuvo de acuerdo con la idea., Los amigos se pusieron en marcha hacia lo más alto del árbol, una vez estando allí, Willi le dio las últimas indicaciones al ruiseñor y se dejaron caer hacia el vacío, estando a punto de caer al suelo el ruiseñor abrió sus alas y en ese mismo instante comenzaron a volar. willi emocionado le dijo: -lo lograste, ves que no era tan difícil, solo era confiar en ti mismo.
Fotografía tomada de: http://agirregabiria.blog.lemonde.fr/page/2/
Por: Alvaro Zenteno.
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