22 marzo 2011

Educación y Política, ¿Criticar o Construir?

Pareciera que en los últimos años, y más en nuestro país, México, se valiera todo a nivel de política, pues se cometen cantidad de barbaridades que atentan contra el concepto que le da significado a esta disciplina. Es penoso darnos cuenta que, mismos actores políticos se han atrevido a hacer este tipo de afirmaciones atroces: En la Política todo se vale.

Lo peor de esta situación es que a la mayoría parecería no importarnos lo que sucede en el ámbito político, y lo único que hacemos al igual que muchas personas en los medios de comunicación, es criticar a los políticos y sus actos, sentenciando a la política como una acción estúpida, disfuncional, profundamente corrupta, en una palabra incompetente; esto es más grave de lo que pensamos, ya que denota que se nos olvida que nosotros también hacemos la política, y por lo tanto, como sociedad somos responsables (en cierta medida) de cómo se está manejando nuestro país.

Pero esa crítica destructiva la hacemos en silencio, por debajo del agua, frente a los actos corruptos y detestables de los políticos tendemos a hacer como que el ojo no vio y el oído no oyó, pues pensamos que es la mejor forma en que podemos actuar por nuestro propio bien.

Sólo bastaría revisar cómo andan los índices de asesinatos en nuestro país, para cuestionarnos por cada uno de los militares que muere ―en promedio― cada seis días en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, o por las 36 personas que fallecen a diario acribilladas brutalmente en México.

Cuánta polémica despertó la película El Infierno,  y qué cantidad de personas asistieron a las salas del cine a verla; pero ¿qué piensan después de ver la cinta? Muchos de ellos opinan que se trata de una exageración, y que la política no tiene el poder para ocultar casos de tal magnitud, que si eso sucediera en la realidad todo mundo se enteraría. La parte de realidad en todo este panorama, la podemos observar sobretodo en provincia, y más específicamente en los estados que presentan mayor cantidad de rezago económico y educativo.  Precisamente, aquí es donde me quisiera detener un poco y reflexionar acerca de las estrategias que los gobiernos emplean: darle circo al pueblo para mantenerlo como hipnotizado e irreflexivo.

“El mexicano lee poco, no va a museos y ve mucha tv” así se titula la conclusión que arrojó la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales; y es que, valorar la situación en que vivimos, como sociedad en vías de desarrollo ―y peor si la comparamos con otros países en condiciones muy parecidas a las nuestras― es muy fácil sorprenderse y darnos cuenta que el origen de todo esto viene desde las políticas tan deficientes que manejamos a nivel federal y la clase de educación que se le da a los pequeños en el hogar.

¿Acaso somos un país que premia la mediocridad? Necesitamos reflexionar y analizar objetivamente el perfil que tenemos y aquél al que deberíamos aspirar debido a nuestros potenciales como país.

Ojalá que ya dejemos de estar nada más criticando y mirando por nuestros propios intereses, y podamos ser desde nuestra propia condición personal los generadores del cambio. Si procuráramos el bien para todos, seguramente el problema del narcotráfico habría sido superado desde hace mucho tiempo en nuestro México, políticos corruptos no tendríamos en nuestros gobiernos, ni necesidad de grandes ejércitos si de verdad como seres humanos dejáramos de estar pensando solamente en nosotros mismos y nuestro bienestar.

La política, también nosotros la construimos, dejemos de aventarnos la bolita, seamos educados y enfoquémonos en el bienestar de la mayoría. Si nuestra mirada fuera más amplia, y llegara más allá de donde vemos nuestras narices, seguramente las cosas cambiarían…


Por: Ángel Arias.

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